martes, mayo 09, 2006

ELECCIONES EN EL PERÚ: EL INFIERNO TAN TEMIDO



Max Hernández:

«Me preocupa el día siguiente de las elecciones»



El psicoanalista Max Hernández, secretario técnico del Acuerdo Nacional, plantea en esta entrevista la necesidad de moderar los mensajes de la campaña en la segunda vuelta y esboza un panorama de lo que fue la votación de la primera vuelta.

ENTREVISTA: Elizabeth Cavero

La sociedad peruana y el sistema político peruano están realizando importantes aprendizajes. Para que un sistema de partidos funcione tenemos que respetar la elección popular, no podemos plantear tal partido es bueno o tal partido es malo. Es un partido que ha cumplido y que ha logrado representación.

–¿Usted, personalmente, sacó lecciones del apoyo al fujimorismo?



–Varias. La primera es que un sector importante de la población respalda a Fujimori y el golpe de Estado del 5 de abril. Como nos señala ahora el informe de Naciones Unidas, las nociones de democracia no han enraizado en el país. Se ha creado en el imaginario peruano la falsa polarización democracia=ineficiencia, autoritarismo=eficiencia.

–En realidad, también se ha dicho que los votantes humalistas son ignorantes o poco apegados a la democracia.

–Mire, cuando calificamos como ignorancia aquellos signos que no sabemos leer, nos estamos equivocando. Tenemos que plantear una lectura que no nos lleve a la polarización absoluta en la cual estamos cayendo. Ciertamente, hay quienes han percibido vibraciones autoritarias en el oráculo que resulta siendo la elección. El país debe estar prevenido contra cualquier vocación autoritaria venga de donde venga.

–Los electores dieron un mensaje, pero también los partidos y muchos de ellos mostraron vínculos con el fujimorismo.

–Hay dos lecturas ahí: una de corte moral y otra de corte político e histórico. En esta última, sabemos que cualquier grupo que ejerció el poder durante una década va a tener remanentes.

–¿No hay entonces factores preocupantes?

–Lo que a mí me preocupa es que tenemos dos candidatos. Uno le dice al otro "asesino" y el otro lo llama "ladrón". Pero uno de esos dos señores va a resultar electo. ¿Qué va a pasar cuando los grupos parlamentarios que representan a estos señores tengan que ser parte de un sistema de alianzas? ¿Y cómo vamos nosotros a digerir y masticar esa realidad? Entonces, o miramos esto bajo la óptica absolutamente moral de algunas personas que plantean que lo único correcto es viciar el voto…

–O dejarlo en blanco.

–Ni siquiera, porque la desconfianza es tal que se piensa que ese voto va a ser utilizado… Entonces se llama a votar viciado. ¿Para qué? Para crear un impase. Yo me pregunto: ¿la política es el arte de lo moralmente necesario o de lo posible?

–Es interesante, porque hay personajes que ya justifican su apoyo a tal o cual candidato. García, incluso, se erigió como "el mal menor" sabiendo que muchos le darán su voto "con la nariz tapada".

–Mire, si usted para votar necesita abolir el olfalto, el gusto, la vista o renunciar al tacto, es un voto que no tiene ningún sentido ético. Si yo considero que en una circunstancia determinada debo votar para preservar algo valioso, pues votaré con las narices bien abiertas. No olvidemos, sin embargo, que la elección se juega en ese acto inmensamente solitario de marcar en secreto, sabiendo que tengo derecho de no decirle a nadie por quién voté.

–Para la segunda vuelta, García define su campaña hablando de apertura y concertación. Humala enfatiza en que no es la persona belicosa e intolerante que se supone. ¿Son estrategias correctas?

–Una cosa es estar en campaña y otra es gobernar. Si lo que están planteando es cuál va a ser su manera de gobernar, bajo la lógica de las alianzas, me parece saludable. Los políticos que han pasado a la segunda vuelta cometerían un grave error si creyeran que, por haber obtenido la mayoría de los votos, van a administrar como quieran. Tienen que entender que muchos electores les darán su voto realineando su pensamiento en contradicción con sus primerísimas convicciones, otros van a votar en blanco o viciado. Además, nuevos electores se van a incorporar al padrón. Por eso, más que la segunda vuelta y el día de las elecciones, lo que me preocupa es el día siguiente de las elecciones.

–¿Por qué?

–Porque aquí hay dos verdades absolutas: las reformas y políticas que necesitamos trascienden un periodo de cinco años. Segundo: gobernar el país requiere concertar. Tenemos que buscar la política de los concensos sobre los discensos... Sin creer, por cierto, que la política es un pícnic maravilloso en el que todos vamos a abrazarnos.


LEER MÁS: En Suplemento Domingo. Diario La República. Domingo 7 de mayo del 2006


Ilustración: Carlín






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