lunes, abril 17, 2006

Hildebrandt: La campaña Electoral Mugrienta


César Hildebrandt:
«Los medios fueron incompetentes para imponer candidatos»

-¿Considera –tal como se ha dicho– que esta es la campaña más sucia que hemos conocido?
–Mugrienta, pero sobre todo huérfana de ideas y de muy bajo nivel intelectual. ¿Qué es un candidato? Un candidato es una persona que sondea la opinión pública, escarba entre las urgencias y las angustias, establece prioridades de necesidades por locación y luego va a cada locación y ofrece lo que la gente necesita sin ninguna responsabilidad y sin ninguna… digamos, punibilidad. Sabe que lo que promete está en el aire y que no lo va a poder cumplir porque no hay presupuesto y que ni siquiera tiene un programa de prioridades. Eso es un candidato en el Perú: básicamente un producto del marketing y del fraude voluntario.

[…]¿Cree usted que, gane quien gane, el poder va a cambiar de manos? En el fondo se trata de buscar una mejor redistribución.
–No, el poder no va a cambiar de manos. En este país la democracia tomada en rehén por la oligarquía, sigue siendo demasiado débil como para deshacerse de sus ataduras y de sus amos. Seguiremos viviendo esta democracia formal que no tiene ningún correlato con las oportunidades y con la economía.

-¿Por qué no podrían cambiar las cosas?
–Porque tendríamos que, auténticamente, rehacer el país; regresar a aquello que fundó la democracia tal como se entiende contemporáneamente: la meritocracia. La democracia, al final de cuentas es un gobierno relativamente masivo, aun la democracia representativa, pero que está nutrido del concepto básico del mérito como factor de movilidad social. Aquí se derogó la meritocracia y ese día se jodió el Perú.

Prensa y lecciones

–Los medios de comunicación no aprendieron de la lección de 1990. Todos estaban convencidos de que el candidato Mario Vargas Llosa era la opción y la respuesta de la gente fue rechazar al candidato de los líderes de opinión.
–Sí, como ha dicho Mirko Lauer, los medios de comunicación han demostrado su total impotencia para imponer candidatos y sobre todo su impotencia para demoler candidatos.

-¿Podrían haber actuado de otra manera, a la luz de lo que pasó en 1990?
–Hombre, sí. Podrían haber actuado como periodistas y no como piratas de candidaturas diversas.

-En esta campaña precisamente es mi periódico el que más investigación y menos grito ha publicado.
–Sí. La República –ya lo he dicho, no es la primera vez– es uno de los pocos medios, el único escrito por lo menos, que ha hecho una campaña periodística cubriendo todas las candidaturas y tratando de hablar de hechos, y creo que es el único periódico que se ha comportado como tal en toda esta campaña.

¿Y qué piensa de programas de televisión que sí han tenido a todos los candidatos, como el de Magaly Medina, por ejemplo?
–Yo pienso que por el programa de Magaly han desfilado variadas hipocresías. Las más zalameras y amelcochadas que uno se puede imaginar. He visto ahí a los candidatos hablando de vidas privadas que no existen, he visto ahí romances otoñales que se mantienen –todo entre comillas–, he visto amabilidades que estoy seguro que no son reales, en fin, he visto un desfile de íconos marketeros dando su mejor cara.

[…]¿No aspira a volver a la televisión.
–A esta, no.

-Estando los actuales directivos, se compromete usted a no volver.
–(Reflexivo) Con esta situación, Dios… Realmente sería condenarme a una contradicción que mi biografía, digamos, no podría tolerar, ¿no? Regresar a esta televisión, con estos dueños, es imposible para mí. Mmm… prometo no hacerlo, desde luego, y puede usted tomar mi palabra. Puedo intentar hacer cualquier otra cosa ajena a la política para sobrevivir, pero política en esta televisión es simplemente infectarse, reinfectarse.

¿Se animaría a hacer alguna predicción sobre la conducta de los medios de comunicación para la segunda vuelta?
–No me atrevería. Lo que quisiera es formular un deseo: que la prensa deje de ser prensa de trinchera. La verdad, es que la gente lo agradecería también. La gente lo que quiere es reflexión y serenidad, no una sumatoria de odios. Odios de candidatos y de medios de prensa que se convierten en un espeso puré de pasiones, donde alguna presa de ideas será ínfima. Parece, pues, la paila de El Frontón

Entrevista de Elizabeth Cavero. Tomado del suplemento Dominical del diario La República. http://www.larepublica.com.pe/
Sábado, 08 de abril de 2006.

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