martes, abril 04, 2006

A punto de tirarse del balcón


Álvaro Vargas Llosa: Lecciones de un

suicida reaccionario en el país de los brutos


Escribe: Ricardo Ramos - Tremolada [*]

Leo, con no poca inquietud, una entrevista a Álvaro Vargas Llosa. Antes de comentarla, debo decir que tengo por Álvaro enorme respeto. Estoy convencido que él debería promover –cuando no liderar- el proyecto liberal que tanta falta le hace al Perú.

Manteniendo las distancias, y desde una perspectiva socialdemócrata, saludaría con entusiasmo dicho esfuerzo. Comienzo, entonces, con la esperanza conque terminaré esta nota: sensatez mediante, algo aprenderemos deldifícil momento político que hoy vivimos.

Comparto su indignación frente la clase política peruana. Mas me preocupa la ligereza con que califica a los ciudadanos que no piensan como él (¿ciudadanos?). Preocupado (¿horrorizado?) por el respaldo popular que hoy tienen Humala y García, no tiene reparo en calificar como "brutos", "masoquistas", "bárbaros" e "irracionales" a esos peruanos que votarían por ellos. Cae en el maniqueísmo de esta campaña. Priman los conceptos dicotómicos: libertad vs dictadura y/oprivatización vs estatismo. El bien vs el mal, al mejor estilo Bush.

¿Qué pasó con la corrupción y la pobreza, los problemas centrales del Perú? Crisis moral y crisis económica. De la corrupción, mejor no hablar. Montesinos no sólo desnudó la propia sino también la de gran parte de las élites peruanas que, sumisamente, pasaron por la salitadel SIN (Dionisio incluido).

Sobre la pobreza, casi el 70% de lapoblación peruana, según el INEI, vive en dicha condición. Conclusión, el crecimiento económico, en sí, no asegura la satisfacción de las necesidades elementales. Es más, sólo beneficia a una minoría. No obstante, algunos creen que la población no percibe eso y que su reacción es simple producto de su ignorancia.

Mas esos que se saben excluídos, votarán por Humala o por García, nos guste o no. No por "brutos" sino porque esta democracia no les da de comer. Puede que Humala no sea el candidato ideal, que despierte suspicacias y temores. Pero, para quienes nada tienen, Humala representa una esperanza, más que una "revancha", como dice Álvaro. Detalle importante: al margen de nuestras inclinaciones ideológicas, los peruanos aún cultivamos la esperanza. ¿Es algo "irracional" tener esperanza, o incluso simplemente "esperar"? Rafael Rojas –parafraseando a Eligio Resta- dice que esperar "es una experiencia despojada de toda certidumbre." Entonces, ¿por qué exigirle certezas al "otro" cuando las propias están cuestionadas?

Me temo que lo que a muchos molesta es que esa esperanza no la encarne Lourdes sino Humala o Alan. Propongo reflexionar: gane quien gane, el país no se va a venir abajo. Y quede quien quede tercero, el futuro del Perú deberá pasar por una suerte de pacto de punto fijo entre esos tres primeros.

Pero Álvaro no quiere ni imaginar un escenario Alan y Humala en segunda vuelta. Incluso amenaza contirarse del balcón. Por el bien de sus padres -por quienes guardo viejo y sincero afecto- y por el bien de esa revolución liberal que él debe liderar, espero que pronto se mude a un primer piso.

[Perú21, sábado 1 de abril de 2006]


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