viernes, abril 07, 2006

La Geisha que se regaló al Sátrapa



Matrimonio por conveniencia


Se sabía de maniobras desesperadas para llamar la atención y atraer unos cuantos votos, pero aquella en que acaba de incurrir el fujimorismo bate todos los récords, al anunciar –el mismo día en que cerraban su desabrida campaña– el matrimonio del ex presidente y jefe de la mafia que se apoderó del Estado con la empresaria Satomi Kataoka, que aterrizó por segunda vez en Lima para contonearse al ritmo del Chino.

El matrimonio se realizó por poder [Ojo el prófugo renunció por fax. N.deR. E.J.] debido a que el otoñal novio se encuentra detenido en Chile y en proceso de extradición al Perú, donde debe responder por los múltiples delitos cometidos durante el decenio largo que duró la dictadura que encabezó. Por cierto, se realizó según las leyes japonesas, confirmando así que AFF continúa utilizando su doble nacionalidad según le convenga.
En breves declaraciones, la millonaria nipona, de 39 años, afirmó que ahora su tarea sera cuidar del extraditable, lo que por cierto no constituye novedad, pues lo ha venido haciendo durante el lustro de vida regalada pasado por Kenya Fujimori en Tokio, donde la extrema derecha y la yakuza se encargaron de hacerle más que aceptables unos años de destierro que nada tuvieron de amargos.
Volvemos a hacer la pregunta del millón y que ninguna autoridad responde: ¿la visa de turista que le ha sido otorgada a Kataoka la autoriza a participar públicamente en la campaña electoral? Basta pensar en una situación similar, pero protagonizada por un peruano, en el archipiélago nipón. ¿Obtendría autorización para realizar actividades políticas o sería acaso retirado del estrado, en un país que se precia de su espíritu nacionalista?...

Leer más: Editorial diario La República del viernes 08 de abril del 2006



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