Escribe: César Campos R. [*]
Es un hecho que Alan García ya logró empatar a Lourdes Flores en la intención de voto para acceder a la segunda ronda electoral con Ollanta Humala, el favorito. No se requiere encuesta alguna ni más de dos dedos de frente para percatarse de ello, tras las clamorosas pruebas de angustia, inconsistencia y desesperación que muestra la candidata de Unidad Nacional en este último tramo de la campaña.
Una de esas pruebas – a modo de ejemplo – la constituye el retorno de Lourdes al prototipo académico y de sabelotodo que no condensa los mensajes esenciales de su programa. La analizamos a través de sus presentaciones en RPP el sábado, y en Cuarto Poder y Día D el domingo: dejaba con la palabra en la boca a sus entrevistadores para romper la medianía y dirigirse al público oyente o televidente con largas peroratas, en un exceso de teatralización que se notaba a leguas.
¿Otro ejemplo? La invocación de Arturo Woodman a los candidatos llamados “chicos” para que se retiren de la contienda y sus electores favorezcan (no sabemos por qué lo tendrían que hacer) a Lourdes. Triste espectáculo, en todo caso, que la aspiración de un triunfo electoral dependa del retiro de otros y no de su propia afirmación ante la ciudadanía.
Más flaco favor le ha hecho ayer Fernando Olivera a Lourdes, al sugerir una reunión cumbre de ésta con todos los aspirantes rezagados, a fin de adoptar una misma postura contra las pretensiones electorales de Ollanta y Alan. El rutilante desprestigio del líder del FIM contagia como la lepra y, sin duda, coadyuvará al desplome de la candidata de Unidad Nacional y a un mejor posicionamiento del nacionalista y aprista.
Aún así, falta ver si esta guerra de psicosis – el factor miedo ha cobrado una dimensión desproporcionada como arma electoral – rinde sus frutos y asegura triunfos o derrotas. Yo no lo creo; pero los votantes tienen la última palabra.
cesarcamposlima@yahoo.com
1 comentario:
¡Guerra de Psicosis!, ufffffffffffff que concepto es ese?....
Explíqueme profesor...
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